Jugando con la muerte [Natasha]

Ahora que tenía un momento de tranquilidad necesitaba tomar algo, un café por ejemplo, tampoco necesitaba nada más.
Entré en el primer lugar que tenía más a mano y me acerque al mostrador. No parecía haber nadie, ni detrás de este ni en todo el local, aun así me apoyé encima de la barra para asomarme tras ella por si hubiese alguien allí.
Escuché un ruido a mis espaldas, como si algo hubiese caído al suelo y después se hubiese hecho añicos. Bajé del mostrador al ver por el rabillo del ojo que había alguien más en el local y se encontraba justo a mis espaldas. Me volví lentamente mirándole con el ceño fruncido al escuchar mi nombre
-¿Y tú eres… -pregunté poniendo una mano en la cintura muy cerca de donde llevaba guardada el arma. El tipo este no me ejercía confianza alguna, ya era raro que supiera mi nombre, pero más aun que tuviera constancia de cualquiera de mis otras identidades, si a eso le añadías que iba con una lanza como si tal cosa… - ¿De qué me conoces? –a esas preguntas iba a añadir la de ¿qué quieres de mí? Pero sin decirle nada me ordena de no muy buenas formas que le lleve algo de alimento. Lo que me faltaba por escuchar hoy- ¿tengo pinta de camarera o algo parecido? Si quieres algo espera a que te atiendan y si no te apetece esperar… -lo miré de arriba abajo- sírvete tu mismo.

¿Un dios? Genial, otro maldito chiflado que va por el mundo con aires de grandeza. Para cuando quise sacar mi arma, él ya me había apuntado con esa lanza suya y había conseguido controlarme con tan solo un pequeño roce de esta. Intenté resistirme en un principio hasta que ya no fui capaz de nada. Por mucho que quisiera moverme no podía, me sentía como si fuera un simple espectador de todo lo que estaba sucediendo y yo no pudiera tomar partido de todo ello.

Esta vez en lugar de plantarle cara, obedecí sin rechistar y fui a hacer lo que él me había pedido. En contra de mi voluntad si es que quedaba algo de ella, fui tras la barra e hice acopio de una gran variedad de alimentos, los que fueran necesarios para satisfacer las necesidades de aquel al que en esos momentos estaba sirviendo como si fuera una vulgar esclava.
Volví a su lado con la bandeja que dejé frente a él
-Es todo lo que he podido conseguir, espero que sea de su agrado -dije quedándome de pie a un lado a su izquierda como si montase guardia a la espera de cualquier otra orden que pudiera darme. Clavé la mirada en la puerta vigilando, dispuesta a echar a patadas si fuera necesario a todo aquel que entrase por la puerta y osase molestar.

Al menos parecía complacido con lo que le había llevado. Dudo durante unos instantes cuando me pide que me siente a la mesa, aunque acabo accediendo seguramente por causa de su maldito control sobre mí. Me quedé mirando nuevamente hacia el frente, con el semblante serio y la inexpresividad pintada en el rostro, hasta que le da por arrojar la jarra al suelo sobresaltándome. Volví la mirada hacia él tensando la mandíbula mientras me ponía en pie para ir a por otra, de haber estado en pleno control de mis facultades hubiese cogido alguno de esos trozos de cristal del suelo y le hubiese rebanado el gaznate sin ningún tipo de miramientos, pero antes de que siga avanzando me detiene
-No habrá traición alguna –dije sin inmutarme lo más mínimo por sus palabras. Me dirigí nuevamente al mostrador. Mientras rellenaba otra jarra observaba desde lejos los movimientos de Loki, pero algo me distrajo. Se produjo un pequeño movimiento a mi izquierda, justo donde se encontraba la puerta que daba a lo que debería ser la trastienda. Rápidamente agarré un cuchillo que había en los múltiples recovecos del mostrador y apunté de forma amenazante hacia donde se había producido anteriormente el movimiento.
Debía tratarse del dueño o de alguno de los dependientes del local, que atemorizado se hallaba escondido tras la puerta
-Lárgate por la trasera antes de que sea demasiado tarde –le sugerí en voz baja al tipo. Esperaba que Loki no se hubiese percatado de todo aquello, así que lo mejor sería volver a dejar el cuchillo donde lo encontré y me dirigí nuevamente a su lado con la jarra de cerveza en la mano- aquí tienes y si quieres pasar desapercibido, será mejor que no vayas tirando las jarras como antes lo hiciste –le aconsejé.
Me preguntaba si el tipo ya habría salido del lugar o no.

-Un gesto sin importancia, solo quería que no causara problemas –mentí con total convicción, aunque en el fondo esperaba que no diera motivos para que se montase algún espectáculo en el local. Apreté los dientes tensando la mandíbula cuando me recordó que no siempre había actuado de esa forma- solamente hago lo que creo necesario en el momento preciso y este no era el adecuado para un derramamiento de sangre –sentencié.

Escuché todo lo que decía sobre los humanos y la desventaja que teníamos, pero no me molestó en absoluto, es más, esbocé una leve sonrisa al verle dejar la jarra sobre la mesa. Podríamos ser todo lo inferiores a un dios que él quisiera, pero en esos momentos, el gran dios que se creía, había sido convencido por una simple e inferior humana para que cambiase algo de su actitud al no ir destrozando más jarras, un pequeño gesto insignificante, pero por algo se empezaba.
-Como puedes comprobar, aquí no –dije cuando preguntó por mis aposentos y miró en derredor. Le mantuve la mirada sin moverme un ápice, ni si quiera cuando me apunta con su lanza. Un ruido rompió la tensión que se palpaba en el ambiente. Ese estúpido humano no se había marchado tal y como le advertí. Como era de esperar, Loki se ocupó de él y una vez le hubo quitado de su camino, volvió con sus amenazas, esta vez de forma algo más convincente- sígueme… aunque no creo que sea de tu agrado.

Caminé por las calles. A tan solo un par de manzanas de allí se encontraba el motel dónde me hospedaba en esos instantes. Subimos hasta la habitación, abrí la puerta y le cedí el paso. Una vez dentro, antes de cerrar la puerta miré a ambos lados del pasillo comprobando que no nos hubiese seguido nadie. Aquel pequeño cuarto que me servía de alojamiento, no tenía demasiado por no decir prácticamente nada, tan solo había una cama con su correspondiente mesilla y en un rincón una bolsa deportiva con algunas de mis pertenencias.
-Seguramente no esté a la altura de lo que acostumbras, pero podrás descansar tranquilamente –me situé junto a la ventana y me dediqué a mirar por ella vigilando las calles.

Asentí con un ligero cabeceo a su pregunta sin apartar la mirada de la ventana donde me encontraba
-Mejor esto que no estar en la calle a la intemperie.
Parece de acuerdo con que siga vigilando, bien porque le pareciese una buena idea o simplemente porque me dejase por imposible.
Pronto concilia el sueño. Me resulta raro que haya confiado en mí y en que podría dormir tranquilo porque simplemente le dijera que no le iba a hacer nada, uno no debe fiarse ni de su propia sombra… o al menos eso es lo que la vida me había enseñado a base de golpes. Me acerqué con sigilo hasta el camastro y agachándome junto a él pude comprobar que dormía profundamente, tanto que si quisiera acabar ahí mismo con su vida podría hacerlo sin que le diera tiempo a despertar. ¿Y por qué no lo hacía? Pues por algo muy simple o muy tonto, que no tenía nada que ver con ese control mental al que me tenía sometida. Su rostro en esos momentos no reflejaba nada de ese odio y esos aires de grandeza bajo los cuales se ocultaba como de costumbre.
Tuve intención de tocarlo para ver si de verdad se trataba de él o era alguno de sus trucos, pero me sentía algo contrariada por haberme ablandado con ese ser que tanto despreciaba a la raza humana y que amenazaba constantemente con destruir el planeta.

Así pues, me aparté con brusquedad de su lado e hice ademán de volver junto a la ventana, pero cuando me volví, me encontré con una figura tras de mí. Alguien, con el mayor de los sigilos había lograd sorprenderme por la espalda, se merecía un premio por ello.
Me atacó y empezamos a pelear con dureza en aquel minúsculo cuarto. No sabía cómo Loki no despertaba con tanto jaleo. Tras unos cuantos golpes encima y estar a punto de acabar siendo estrangulada, el tipo y yo acabamos por caer al suelo con la diferencia de que yo seguía respirando y que él tenía la lanza del dios clavada en la espalda.

Me ayuda a levantar y yo voy hasta la cama sentándome en ella con la cabeza entre mis manos, me sentía rara, aturdida, mareada… ya no estaba siendo controlada por él seguramente a causa de los golpes que había recibido en la cabeza, pero aun así podía sentir su presencia en mi mente
-Ya, lo sé, eres el chico malo, acciones como estas pueden acabar con tu reputación –le solté aun algo desorientada- supongo que te debo una –aunque no me gustase la idea, estaba en deuda con él por salvarme la vida, al igual que tiempo atrás me sucedió con Barton cuando le mandaron a terminar conmigo pero acabó por perdonármela, la historia parecía repetirse… solo en algunos aspectos.
Cerré los ojos con fuerza intentando apaciguar el agudo dolor que tenía en esta y luego miré el cadáver, de este pasé a Loki con una media sonrisa
-¿Crees que eres al único al que le gustaría matarme? hay mucha gente que quiere hacerme pagar por mis actos del pasado –no sabía de quien se trataba, ni el motivo exacto de su ataque más lo que le había dicho a Loki, pero los ajustes de cuentas era algo que estaba a la orden del día si tenías un pasado como el mío.

Negué con la cabeza más que a sus palabras ante la idea que se había hecho de cuales eran mis intenciones
-No pretendo escapar, tan solo equilibrar la balanza de mis actos… -me encogí de hombros- ni si quiera sé de qué tendría que huir, no sé cuál será mi destino, nadie lo sabe, tal vez ni si quiera crea en él –respiré profundamente dejando soltar el aire poco a poco- te seré sincera no estoy de parte de los buenos, ni de los malos, estaré donde crea que debo de estar en el momento necesario… cuestión de supervivencia.

Parece sumirse en sus propios pensamientos hasta que de buenas a primeras se pone en pie algo enfadado consigo mismo por lo que alcancé a oír que decía en un principio. Lo miré extrañada
-Por mucho que lo quieras negar sí que tienes sentimientos, seas dios, humano o lo que más te apetezca –no entendía cómo podía negárselo así mismo cuando era tan evidente- los sentimientos no se basan solo en querer a alguien, en la compasión, en… en todo eso que dices que nos hace débiles a los humanos –no sabía si con mis palabras agravaría la situación, tal vez después de esto me arrancase la lengua para que no hablase más pero había escuchado tantas veces esas mismas palabras de su boca que ya no podía aguantármelo- el odio y el rencor también son sentimientos y créeme, tu hueles a ellos a kilómetros, piensas que los controlas pero no es así… -podía seguir con mi charla, pero sabía cuando callarme, le volví a ver ahondar en su propia mente quien sabe recordando el qué, pero seguramente nada bueno porque tras dirigirme una mirada agacha la cabeza, un acto que sin duda me deja completamente confundida- vale, vale, vale, no sé que se pasa por esa cabecita tuya, pero vamos a intentar distraernos de alguna forma, al menos hasta que te dé por querer ir algún otro lado, a destruir algo o lo que sea –me levanté de la cama y le di un pequeño empujón, tal vez así se picase un poco. Sin duda me estaba volviendo loca, solo a mí se me ocurría intentar animar a alguien como él, había perdido completamente el juicio- vamos, ¿qué tal una pequeña pelea? Sin magia, sin armas… no olvides que estamos en un cuarto demasiado pequeño como para cometer excesos -lo que menos me apetecía en esos momentos era ver a un dios medio deprimido y cabizbajo, tenía que hacerle reaccionar como fuese.


Off: Complicado no, lo siguiente... pero eso no es nada nuevo, aunque ya no sé ni lo que le haces hacer a la pobre Nat en fin... para que luego me digas que te resulta complicado zurrarme esta vez te lo puse a huevo y de forma voluntaria xDDD

-Te equivocas, nunca llegaría a compararnos a vosotros, te lo puedo asegurar –comenté con toda la calma del mundo. Era más que obvio que pocas cosas similares podríamos tener más que una apariencia física, cosa que en estos casos es lo menos importante. No sé por qué motivo me cuenta detalles de su vida que no tienen la menor importancia para mí, al menos por ahora, tal vez luego pudiera utilizar esa información para mi propio beneficio o para lo que fuera necesario… pero para él debían haberle marcado bastante, solo había que notar ese odio, ese resentimiento con el que había dicho que no era como todos los Asgardianos.

Mi empujón le hizo reaccionar, aunque no de la forma que me esperaba, fue aun peor.
-¿Ves? Ahora es a ti a quien te ciega el odio, eres preso de esos sentimientos –negué con la cabeza por lo equivocado que estaba, no quería que me matase, tan solo pretendía saldar de alguna forma esa deuda que tenía con él por haberme ayudado anteriormente. En cualquier caso encajé sus golpes mejor de lo que me esperaba, mi cuerpo estaba preparado para sufrir más daño que el que cualquier otro humano podría aguantar y él esquivó los míos, pero no todos, logré acertarle de lleno cuando bajó la guardia al escuchar una voz. Ladeé la cabeza y le dediqué una sesgada sonrisa que desapareció cuando él llamó “Padre” a esa voz que ambos podíamos haber escuchado-deberías escuchar a tu… ¿padre? –no me dio tiempo a decir nada más, recibí entonces un buen golpe que me hizo caer al suelo de espaldas. Sin tiempo a reaccionar, lo tenía sobre mí apretándome el cuello pero algo le hizo cambiar de opinión y a mí la forma de verle. Tal ver fuera por todo el rollo ese de haber sido criado por alguien que no era su verdadero padre como me pasó a mí o quizás había estado recibiendo demasiados golpes en la cabeza últimamente, quien sabe… no tenía una explicación lógica entre manos y no pensaba buscársela.

Me incorporé al igual que momentos antes hizo él y negué con la cabeza
-No, no voy a marcharme, esta es mi habitación y no tengo por qué irme –en esos momentos no sentía ningún temor por sus represalias, es más di un par de pasos hacia él- no me harás nada ¿sabes por qué? porque te seré de más ayuda estando viva que muerta –avancé un poco más- sabes que puedo acercarme a tu hermano sin levantar ninguna sospecha, sabes que podría ayudarte de algún modo u otro con esa venganza que planeas contra él, sabes que puedo obtenerte cualquier información que necesites… -poco a poco sin que él se diera cuenta lo había ido arrinconando hasta una de las paredes de aquel cuarto. Me había acercado a él, tal vez demasiado, ahora estábamos prácticamente pegados el uno al otro, mi rostro estaba muy cerca del suyo, tanto que mis labios a punto estuvieron de rozar los suyos- puedo llegar a ser muy convincente -murmuré, luego sonreí de lado y logré apartarme de él- voy a darme una ducha, después de la pelea me vendrá bien –dije alejándome de él mientras iba quitándome la camiseta y los pantalones por el camino hacia el baño hasta quedar en ropa interior- puedes marcharte… si quieres.
Al cabo de un rato salí del baño envuelta en una toalla mientras con otra algo más pequeña iba secando mi cabello
-Sigues aquí… ¿entonces pensaste en lo que te dije y te hizo cambiar de opinión para que no te marcharas?

Off: Pobre... acabará con camisa de fuerzas en una habitación con las paredes acolchadas xD

Me quedé pensativa ¿a qué mortal se refería? Había matado a demasiada gente como para saber exactamente de quién estaba hablando. Me encogí de hombros y le contesté con total sinceridad
-No puedes confiar en los humanos y supongo que menos en mí con todo el historial que me precede –le dije antes de acabar por encerrarme en el baño para tomar esa ducha.
Cuando salí de allí me lo encontré jugando con la tele o el mando de esta. Enarqué una ceja ante tal situación y luego ambas por el comentario que hizo
-Siento decepcionarte, pero hace tiempo que dejé escuchar a ese mal consejero –no tenía ningún derecho a decir que sentía o dejaba de sentir y menos en cuanto a eso se refería, más que nada porque lo que le acababa de decir era totalmente cierto. Me senté de nuevo en la cama y me crucé de piernas mientras con una mano pasaba la toalla y con la otra alborotaba mi cabello para que secara más rápido- ¿piensas que lo sabes todo por acceder a una parte de mi mente? una pequeña parte de ella... pobre iluso –sonreí de lado- si crees que voy a ir suplicándote es que no has profundizado bien en ella.
Se produjo un silencio entre los dos bastante incómodo hasta que él se decidió a hablar
-Ya te dije que podrías quedarte –me encogí de hombros una vez más- me salvaste la vida antes y yo saldo mis deudas, así que aunque sea por esta vez no intentaría matarte mientras duermes…


Off: cielo... ¿¿yo de visita?? no, yo ya tengo habitación reservada desde hace tiempo