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Ustedes chicos, ¿Qué opinan de esto?
3 participantes
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Ustedes chicos, ¿Qué opinan de esto?
Esto es algo que hice para un concurso pero nunca me respondieron nada u.u lo dejaron pasar así como así y eso me dolió mucho pero, a ver que opinan ustedes.
Martes, 12 de abril de 1993.
Por fin he emprendido mi viaje hacia Oxford y es más relajante de lo que me he creído, puedo ver la pradera pasar frente a mis ojos que a la sombra de las grises nubes que presagian la lluvia luce verde opaco, más sin embargo aquello no le quita su auténtica belleza a las cabelleras largas de la naturaleza, que como el crin de un caballo salvaje se agitan mostrando imponencia ante la brisa, también la niebla, que empaña ni ventana, y me permite hacer figuras para matar el tiempo que se va tan lento hasta provocarme tal sopor que me obliga a cerrar los ojos y pensar en tomar otra siesta…
Anabel Clarckson ha tenido turbulencias y se ha desviado del camino más de una vez, los pasajeros desaparecen y las desapariciones no pasan desapercibidas… Anabel Clarckson, ¿Qué anda mal contigo?
Algo extraño ocurre en el tren, definitivamente las cosas no andan bien por aquí, primero desapareció un aniña, ahora un anciano, dos mujeres, otros tres pasajeros y un esclavo que el capitán busca con mucha furia, las personas aquí comienzan a desesperarse, muchos han comenzado a rezar como si no existiera un mañana para los pasajeros de este tren… y al parecer es muy probable que no lo haya.
Martes, 12 de abril de 1993.
Diario de notas de Alan B. Roderick
Hoy emprendo mi viaje hacia Oxford desde Londres con el fin de ser apoyo para el diario que me ha solicitado como intercambio, no tiene pinta de ser el más exitoso por lo que estoy dispuesto a ayudarles. Tomaré el tren que en mi opinión es la vía más rápida y segura que podría utilizar en estos tiempos, he pagado mi boleto y estoy dispuesto a marcharme de inmediato, mientras más temprano llegue será mejor, así me las arreglaré para encontrar alguna posada o sitio donde instalarme mientras concluya mi estadía; pero mientras tanto será mejor que me ponga a revisar mis noticias, no sé qué clase de periódico son ellos así que mis noticias deben ser muy variadas, desearía tener más informes, no sé porque pero tengo el presentimiento de que será muy poco para ellos…
Se acomodó las gafas, redondas y pequeñas, se ajustó su sombrero a su cabellera castaña clara y se vio reflejado en un espejo, un traje conformado por un saco y su chaleco tejido, con un moño en el cuello. Miró sus pecas, que llenaban todo su rostro y soltó un bufido.
La ola de gente cada vez se aminoraba conforme las salidas de los trenes, mucha gente se estaba despidiendo y otra se saludaba, el vapor chillaba para después desaparecer y hacerse invisible, formar parte del oxígeno pero conservar su desagradable aroma, para irritarle el día al que lo oliera.
Más Alan se encontraba de excelente humor, a pesar de que el día indicara lo contrario. El día era seco y nublado, aunque quizá próximamente llovería, susurraba un aire frío amenazante, que parecía intentar forzosamente entrar en los abrigos de las personas allí presentes, que cada momento se iban aminorando.
La estación de trenes era pequeña, no había ningún techo que los pudiera cubrir de la lluvia, únicamente la taquilla gozaba de ese privilegio, había montones de trenes de carga y de pasajeros todos esparcidos en vías diferentes, habían cerca de allí algunas casas hechas con madera vieja que crujía cuando el viento la rosaba, madre gris y ya casi podrida por fuera gracias a la lluvia, que en Londres nunca hacía falta.
En una de las ventanas se asomaba una mujer, mirando entretenida todo el alboroto, sus cabellos rubios se elevaban siendo arrastrados por el viendo suave, mientras sus ojos verdes se paseaban por el escenario, su rostro mostraba detalles de la edad, pero aun así lucía hermosa, su vista se cruzó con la del joven Alan y este sólo pudo mandarle un saludo levantándose el sombrero.
Se sentó en un banco, a esperar por su tren, se apretó el saco y repasó su diario, allí lo guardaba todo, no sólo experiencias personales si no también noticias, cualquier cosa que se le ocurriera terminaba plasmado allí con un poco de tinta.
Recargó su cabeza sobre un poste de anuncios y bostezó, se había despertado muy temprano, vivía lejos de la estación de trenes y no querría llegar tarde o perder el tren bajo ninguna circunstancia, siempre fue muy estricto con la puntualidad, como cualquier hombre responsable debería ser, más sin embargo a veces eso le provocaba problemas.
Esperó por un largo rato a que llegara el tren, varios iban, varios venían, pensó por un momento en irse a dar un paseo, pero el silbato de uno de los trenes lo detuvo, ahí estaba, un tren de vapor pintado de color azul índigo, con tres vagones cargados de carbón, y los demás sólo para los pasajeros, la chimenea era fina a comparación de las otras maquinarias y terminaba en forma de una leve punta que emitía el silbido; se desplazaba velozmente por las vías, pero la velocidad se recudía conforme más se acercaba a la estación dejando un hilo de aire gris a su paso.
Se detuvo y el capitán salió a tomar los boletos, Alan se las arregló para leer el nombre del tren mientras se levantaba y se unía a la fila de los que irían a Oxford en su compañía.
Se acomodó las gafas, redondas y pequeñas, se ajustó su sombrero a su cabellera castaña clara y se vio reflejado en un espejo, un traje conformado por un saco y su chaleco tejido, con un moño en el cuello. Miró sus pecas, que llenaban todo su rostro y soltó un bufido.
La ola de gente cada vez se aminoraba conforme las salidas de los trenes, mucha gente se estaba despidiendo y otra se saludaba, el vapor chillaba para después desaparecer y hacerse invisible, formar parte del oxígeno pero conservar su desagradable aroma, para irritarle el día al que lo oliera.
Más Alan se encontraba de excelente humor, a pesar de que el día indicara lo contrario. El día era seco y nublado, aunque quizá próximamente llovería, susurraba un aire frío amenazante, que parecía intentar forzosamente entrar en los abrigos de las personas allí presentes, que cada momento se iban aminorando.
La estación de trenes era pequeña, no había ningún techo que los pudiera cubrir de la lluvia, únicamente la taquilla gozaba de ese privilegio, había montones de trenes de carga y de pasajeros todos esparcidos en vías diferentes, habían cerca de allí algunas casas hechas con madera vieja que crujía cuando el viento la rosaba, madre gris y ya casi podrida por fuera gracias a la lluvia, que en Londres nunca hacía falta.
En una de las ventanas se asomaba una mujer, mirando entretenida todo el alboroto, sus cabellos rubios se elevaban siendo arrastrados por el viendo suave, mientras sus ojos verdes se paseaban por el escenario, su rostro mostraba detalles de la edad, pero aun así lucía hermosa, su vista se cruzó con la del joven Alan y este sólo pudo mandarle un saludo levantándose el sombrero.
Se sentó en un banco, a esperar por su tren, se apretó el saco y repasó su diario, allí lo guardaba todo, no sólo experiencias personales si no también noticias, cualquier cosa que se le ocurriera terminaba plasmado allí con un poco de tinta.
Recargó su cabeza sobre un poste de anuncios y bostezó, se había despertado muy temprano, vivía lejos de la estación de trenes y no querría llegar tarde o perder el tren bajo ninguna circunstancia, siempre fue muy estricto con la puntualidad, como cualquier hombre responsable debería ser, más sin embargo a veces eso le provocaba problemas.
Esperó por un largo rato a que llegara el tren, varios iban, varios venían, pensó por un momento en irse a dar un paseo, pero el silbato de uno de los trenes lo detuvo, ahí estaba, un tren de vapor pintado de color azul índigo, con tres vagones cargados de carbón, y los demás sólo para los pasajeros, la chimenea era fina a comparación de las otras maquinarias y terminaba en forma de una leve punta que emitía el silbido; se desplazaba velozmente por las vías, pero la velocidad se recudía conforme más se acercaba a la estación dejando un hilo de aire gris a su paso.
Se detuvo y el capitán salió a tomar los boletos, Alan se las arregló para leer el nombre del tren mientras se levantaba y se unía a la fila de los que irían a Oxford en su compañía.
Anabel Clarckson
“Un nombre curioso para un tren”, pensó Alan cuando ya era hora de entregar su boleto, subió al tren y escogió el que pensó sería un bueno lugar, tenía una mesilla en la parte de en medio, que le sería útil para escribir alguna cosilla y dibujar uno que otro garabato. Dejó sus maletas en la parte de arriba y se sentó junto a la ventana, para observar con mejor detalle en qué momento dejaba su hermosa Londres para partir hacia Oxford, no se mudaba ni se iba del país, pero hay que admitir que dejar la ciudad en donde naciste es casi como ir a un universo diferente, con gente de aspecto diferente, casas diferentes, cosas diferentes, al menos lo bueno es que seguiría tratando con puros ingleses.
Por fin descansaría un poco, así que sin dudarlo recargó su cabeza sobre el tren y se dejó llevar por sus humildes sueños y el arrullar de las llantas que comenzaban a moverse.
Por fin descansaría un poco, así que sin dudarlo recargó su cabeza sobre el tren y se dejó llevar por sus humildes sueños y el arrullar de las llantas que comenzaban a moverse.
…
Anabel Clarckson por fin arranca de la estación, suelta nubes de vapor con cada metro que avanza, y silba anunciando su partida, cada vez se aleja más de la estación, dejándola como si fuera sólo una marca del pasado, una marca que con el tiempo desaparece, así desaparece la estación, con el tiempo se hace nula e invisible, como una mota de polvo en una ventana, que en realidad es la estación, siendo olvidada por el tren como los recuerdos por el tiempo.
Ya está, el tren corre por la pradera camino hacia Oxford, ha dejado Londres atrás y ahora solo recorre las vías dejando un hilo gris detrás suyo, mientras la lluvia amenaza con desatarse sobre Londres y sobre toda la pradera, Alan por fin ha comprendido, que ese será un largo viaje.
Ya está, el tren corre por la pradera camino hacia Oxford, ha dejado Londres atrás y ahora solo recorre las vías dejando un hilo gris detrás suyo, mientras la lluvia amenaza con desatarse sobre Londres y sobre toda la pradera, Alan por fin ha comprendido, que ese será un largo viaje.
Diario de Alan B. Roderick.
Por fin he emprendido mi viaje hacia Oxford y es más relajante de lo que me he creído, puedo ver la pradera pasar frente a mis ojos que a la sombra de las grises nubes que presagian la lluvia luce verde opaco, más sin embargo aquello no le quita su auténtica belleza a las cabelleras largas de la naturaleza, que como el crin de un caballo salvaje se agitan mostrando imponencia ante la brisa, también la niebla, que empaña ni ventana, y me permite hacer figuras para matar el tiempo que se va tan lento hasta provocarme tal sopor que me obliga a cerrar los ojos y pensar en tomar otra siesta…
El sonido de los gritos de una mujer lo sacaron de su reflexión interna, estaba llorando y gritaba desconsolada, muchas personas se habían girado ya a verla, muchos molestos y otros más que nada confundidos.
Alan se puso de pie desconcertado.
-¿A qué se debe todo este alboroto? –Le preguntó a la mujer que miraba como perdida a todo rincón del vagón.
-Mi hija… la he perdido, fui por un bocadillo para ella y de pronto no estaba –Se lamentó la mujer soltando lágrimas.
-La habrá ido a buscar –Supuso Alan con intención de calmar a la dama.
-No… es que no comprende señor –Chilló ella limpiándose las lágrimas con las mangas de su vestido –Ella estaba dormida cuando la dejé, ni si quiera se dio cuenta de que me había levantado -.
-Bueno… avisaremos al conductor señora pero por favor procure guardar silencio, hay mucha gente aquí y no quiere meterse en problemas con ellos, están cansados -.
La dama asintió y regresó al vagón de donde había salido, a paso apurado.
Alan tomó su libreta y su pluma de mano, de inmediato comenzó a escribir.
Una niña ha desaparecido de su asiento sin motivo y sin dejar rastro o detalle alguno, no se tienen sospechosos más si hay indicios de que la niña no se haya ido sola…
Tras su última declaración caminó apresuradamente a la cabina del conductor.
Al llegar un ligero tufillo de madera quemada y aire caliente le secó los pulmones, pero se dio ánimos y le dio tres ligeros golpes a la puerta de metal que se mostraba un poco tibia; “No dudo que los trabajadores se asfixien del calor allí dentro”, pensó abriéndose el saco para dejar salir la temperatura que se acumulaba en su cuerpo.
Le abrió un sujeto de piel morena y traje andrajoso, lleno de manchas de carbón y las manos sucias, era un esclavo, que al parecer ayudaba al conductor a manejar el tren.
La dama esperaba al otro lado del vagón, estirando su cuello con curiosidad, ahogándose de impaciencia por saber que sería de su pequeña hija.
En el fondo de la cabina resonó la voz del capitán.
-¿QUÉ? -.
Alan tragó saliva, la voz era potente y grave, hizo eco en la cabina y el vagón en donde se encontraba Alan.
-Ha desaparecido una niña –Informó el muchacho con un hilo en la voz.
-¡Hable más fuerte que no le escucho! – Resopló el capitán sin siquiera desviar la mirada del camino.
-¡Ha desaparecido una niña! –Repitió el castaño.
-¿Y qué quiere que haga?, ¡Estoy conduciendo! –Gruñó el conductor.
-¿No puede mandar algún oficial para que la busque?, o algún ayudante…
-¡Ni hablar!, ¿Buscarla?, eso puede hacerlo cualquiera, estamos muy ocupados aquí, ahora desaparezcan, busquen en las cosas perdidas –Bufó el conductor, Alan sólo sintió ganas de entrar a la cabina y darle un golpe en el rostro.
Ambos se alejaron del vagón mientras la mujer soltaba gemidos lastimeros.
-No se angustie señora –La animó Alan, nunca había tenidos hijos pero estaba seguro de que perderlos debía ser un golpe fatal al corazón- Seguro que la encontramos, sólo debe de ir al vagón donde la perdió, espere allí y yo buscaré en otros vagones por si llega a regresar con usted –.
Ella sólo volvió a asentir y se encaminó hacia el otro vagón.
Alan volvió a su lugar en el tren, se topó con la sorpresa de que su lugar ahora lo ocupaba un anciano, procuró no hacer ningún gesto de desagrado al verlo, pero de alguna manera le tendría que decir que ese era su lugar, o al menos pedirle que pasara al otro asiento.
Justo iba a hacerlo cuando el tren se agitó, haciendo vibrar las ventanas y los candelabros, además de que la gente se estremeció y Alan se sujetó de una barra para no caer.
El anciano despertó del trance de sueño en el que se encontraba atrapado y soltó un quejido de espanto, un grupo de sujetos que estaban conversando y bebiendo un poco de vino se tiraron por accidente las copas entre sí y una pareja se había caído de sus asientos.
-¿Qué ha pasado? –Chilló una mujer.
-¿Nos hemos detenido? –Agregó un sujeto que se levantaba del suelo.
-Aún no hemos llegado – Gruñó el anciano -¿Por qué se detuvo el tren? -.
-No se detuvo –Aclaró Alan mirando atentamente por la ventana –Volvemos a avanzar -.
-Quizá sólo hubo un problema en la cabina –Dijo la misma mujer.
-Como sea, iré a ver –Suspiró Alan una vez que el tren hubo retomado su camino.
Alan se puso de pie desconcertado.
-¿A qué se debe todo este alboroto? –Le preguntó a la mujer que miraba como perdida a todo rincón del vagón.
-Mi hija… la he perdido, fui por un bocadillo para ella y de pronto no estaba –Se lamentó la mujer soltando lágrimas.
-La habrá ido a buscar –Supuso Alan con intención de calmar a la dama.
-No… es que no comprende señor –Chilló ella limpiándose las lágrimas con las mangas de su vestido –Ella estaba dormida cuando la dejé, ni si quiera se dio cuenta de que me había levantado -.
-Bueno… avisaremos al conductor señora pero por favor procure guardar silencio, hay mucha gente aquí y no quiere meterse en problemas con ellos, están cansados -.
La dama asintió y regresó al vagón de donde había salido, a paso apurado.
Alan tomó su libreta y su pluma de mano, de inmediato comenzó a escribir.
Una niña ha desaparecido de su asiento sin motivo y sin dejar rastro o detalle alguno, no se tienen sospechosos más si hay indicios de que la niña no se haya ido sola…
Tras su última declaración caminó apresuradamente a la cabina del conductor.
Al llegar un ligero tufillo de madera quemada y aire caliente le secó los pulmones, pero se dio ánimos y le dio tres ligeros golpes a la puerta de metal que se mostraba un poco tibia; “No dudo que los trabajadores se asfixien del calor allí dentro”, pensó abriéndose el saco para dejar salir la temperatura que se acumulaba en su cuerpo.
Le abrió un sujeto de piel morena y traje andrajoso, lleno de manchas de carbón y las manos sucias, era un esclavo, que al parecer ayudaba al conductor a manejar el tren.
La dama esperaba al otro lado del vagón, estirando su cuello con curiosidad, ahogándose de impaciencia por saber que sería de su pequeña hija.
En el fondo de la cabina resonó la voz del capitán.
-¿QUÉ? -.
Alan tragó saliva, la voz era potente y grave, hizo eco en la cabina y el vagón en donde se encontraba Alan.
-Ha desaparecido una niña –Informó el muchacho con un hilo en la voz.
-¡Hable más fuerte que no le escucho! – Resopló el capitán sin siquiera desviar la mirada del camino.
-¡Ha desaparecido una niña! –Repitió el castaño.
-¿Y qué quiere que haga?, ¡Estoy conduciendo! –Gruñó el conductor.
-¿No puede mandar algún oficial para que la busque?, o algún ayudante…
-¡Ni hablar!, ¿Buscarla?, eso puede hacerlo cualquiera, estamos muy ocupados aquí, ahora desaparezcan, busquen en las cosas perdidas –Bufó el conductor, Alan sólo sintió ganas de entrar a la cabina y darle un golpe en el rostro.
Ambos se alejaron del vagón mientras la mujer soltaba gemidos lastimeros.
-No se angustie señora –La animó Alan, nunca había tenidos hijos pero estaba seguro de que perderlos debía ser un golpe fatal al corazón- Seguro que la encontramos, sólo debe de ir al vagón donde la perdió, espere allí y yo buscaré en otros vagones por si llega a regresar con usted –.
Ella sólo volvió a asentir y se encaminó hacia el otro vagón.
Alan volvió a su lugar en el tren, se topó con la sorpresa de que su lugar ahora lo ocupaba un anciano, procuró no hacer ningún gesto de desagrado al verlo, pero de alguna manera le tendría que decir que ese era su lugar, o al menos pedirle que pasara al otro asiento.
Justo iba a hacerlo cuando el tren se agitó, haciendo vibrar las ventanas y los candelabros, además de que la gente se estremeció y Alan se sujetó de una barra para no caer.
El anciano despertó del trance de sueño en el que se encontraba atrapado y soltó un quejido de espanto, un grupo de sujetos que estaban conversando y bebiendo un poco de vino se tiraron por accidente las copas entre sí y una pareja se había caído de sus asientos.
-¿Qué ha pasado? –Chilló una mujer.
-¿Nos hemos detenido? –Agregó un sujeto que se levantaba del suelo.
-Aún no hemos llegado – Gruñó el anciano -¿Por qué se detuvo el tren? -.
-No se detuvo –Aclaró Alan mirando atentamente por la ventana –Volvemos a avanzar -.
-Quizá sólo hubo un problema en la cabina –Dijo la misma mujer.
-Como sea, iré a ver –Suspiró Alan una vez que el tren hubo retomado su camino.
…
Anabel Clarckson ha tenido turbulencias y se ha desviado del camino más de una vez, los pasajeros desaparecen y las desapariciones no pasan desapercibidas… Anabel Clarckson, ¿Qué anda mal contigo?
Diario de notas de Alan B. Roderick
Algo extraño ocurre en el tren, definitivamente las cosas no andan bien por aquí, primero desapareció un aniña, ahora un anciano, dos mujeres, otros tres pasajeros y un esclavo que el capitán busca con mucha furia, las personas aquí comienzan a desesperarse, muchos han comenzado a rezar como si no existiera un mañana para los pasajeros de este tren… y al parecer es muy probable que no lo haya.
Alan estaba acurrucado en una esquina del vagón, juntando las piezas de tal rompecabezas, si bien le había tocado resolver acertijos en uno que otro caso, ese era el peor, estaba poniendo en juego su propia vida y la de todos los demás.
Miraba hacia todas partes en el vagón, la gente estaba alterada, la noticia de las desapariciones se había esparcido por todo el tren, varias personas se habían juntado en grupos, eran muchos los que viajaban, pero era mucho mayor el miedo que sentían a desaparecer sin dejar rastro.
Alan escuchaba aquella vocecilla que le tranquilizaba cuando algo andaba mal…
“Alan, escucha, tú no estás en peligro.”
“Sí, estoy en peligro, todos lo estamos”
“No, escucha, aléjate del vagón, sal del tren, piérdete.”
“¿Cómo?, aún está en movimiento”
“Sígueme”
Alan se levantó de su esquina, caminando como perdido, con la mirada ida y desviada igual que la de un muerto, estaba siguiendo una voz invisible, que lo consolaba y que de seguro en esos momentos estaba consolando a todos y a cada uno de los pasajeros.
Fue a la parte trasera del tren, aunque estaba restringida, vio las maletas y el equipaje, aunque uno de los baúles no estaba bien cerrado.
“Hay un baúl, está a medio abrir”
“¿Qué hay adentro Alan?”
Alan abrió el baúl, pero no fue ropa lo que vio, no fueron libros, no fue nada que esperara…
“¡Muerte!, los desaparecidos están muertos, ¡Los ha matado y escondido aquí!, ¡Es un loco!, ¡Está loco!”
Alan corrió hacia la otra parte del vagón, dispuesto a advertirles a los pasajeros cuál
sería su destino si los atrapaban a ellos también.
-¡Los he encontrado!, ¡Están muertos!, ¡Todos están muertos!, él nos va a matar, el asesino está entre nosotros y no le importa quién sea su víctima, eso lo ha dejado claro, ¡Los ha matado! –Gritaba con el corazón hecho pedazos, aterrado y con la cabeza dándole vueltas.
Los pasajeros comenzaron a gritar, corrieron de vagón entre vagón, se empujaban los unos a los otros, como si todos fueran el asesino y todos fueran a matarse entre sí.
-¡Alto!, ¡No lograrán nada de este modo! –Advirtió el castaño ahora en el suelo, lo habían empujado a pesar de haber sido él quien repartió la noticia.
-¡No quiero morir!, ¡No quiero morir! –Gritaban todos en desesperación.
“¿Qué ves Alan?” Decía esa voz en su interior.
“Desesperación, miedo, desconfianza, no he podido salvarlos del asesino, y ahora no puedo salvarlos de sí mismos”
“Cambia todo aquello Alan”
“¿Y cómo esperas que lo cambie?, he intentado advertirles, he intentado salvar a los muertos, he intentado evitar que su sangre se derrame, pero no he podido.”
Miraba hacia todas partes en el vagón, la gente estaba alterada, la noticia de las desapariciones se había esparcido por todo el tren, varias personas se habían juntado en grupos, eran muchos los que viajaban, pero era mucho mayor el miedo que sentían a desaparecer sin dejar rastro.
Alan escuchaba aquella vocecilla que le tranquilizaba cuando algo andaba mal…
“Alan, escucha, tú no estás en peligro.”
“Sí, estoy en peligro, todos lo estamos”
“No, escucha, aléjate del vagón, sal del tren, piérdete.”
“¿Cómo?, aún está en movimiento”
“Sígueme”
Alan se levantó de su esquina, caminando como perdido, con la mirada ida y desviada igual que la de un muerto, estaba siguiendo una voz invisible, que lo consolaba y que de seguro en esos momentos estaba consolando a todos y a cada uno de los pasajeros.
Fue a la parte trasera del tren, aunque estaba restringida, vio las maletas y el equipaje, aunque uno de los baúles no estaba bien cerrado.
“Hay un baúl, está a medio abrir”
“¿Qué hay adentro Alan?”
Alan abrió el baúl, pero no fue ropa lo que vio, no fueron libros, no fue nada que esperara…
“¡Muerte!, los desaparecidos están muertos, ¡Los ha matado y escondido aquí!, ¡Es un loco!, ¡Está loco!”
Alan corrió hacia la otra parte del vagón, dispuesto a advertirles a los pasajeros cuál
sería su destino si los atrapaban a ellos también.
-¡Los he encontrado!, ¡Están muertos!, ¡Todos están muertos!, él nos va a matar, el asesino está entre nosotros y no le importa quién sea su víctima, eso lo ha dejado claro, ¡Los ha matado! –Gritaba con el corazón hecho pedazos, aterrado y con la cabeza dándole vueltas.
Los pasajeros comenzaron a gritar, corrieron de vagón entre vagón, se empujaban los unos a los otros, como si todos fueran el asesino y todos fueran a matarse entre sí.
-¡Alto!, ¡No lograrán nada de este modo! –Advirtió el castaño ahora en el suelo, lo habían empujado a pesar de haber sido él quien repartió la noticia.
-¡No quiero morir!, ¡No quiero morir! –Gritaban todos en desesperación.
“¿Qué ves Alan?” Decía esa voz en su interior.
“Desesperación, miedo, desconfianza, no he podido salvarlos del asesino, y ahora no puedo salvarlos de sí mismos”
“Cambia todo aquello Alan”
“¿Y cómo esperas que lo cambie?, he intentado advertirles, he intentado salvar a los muertos, he intentado evitar que su sangre se derrame, pero no he podido.”
Diario de notas de Alan B. Roderick
Los he visto, he encontrado sus cuerpos sucios de su propia sangre, he encontrado la desesperación y el miedo en sus miradas, la última sensación que experimentaron al dejar este mundo, ahora puede que todos vayamos a morir, más sangre derramada y más miedo en el aire, ahora todos de están matando entre sí, ¿Por qué se están matando entre sí?
La gente se golpeaba y se empujaba contra los asientos, estaban desesperados, a sus ojos ya todos eran asesinos, el miedo y la paranoia los atacó, hasta destruirlos, y ahora ellos destruían todo, algunos golpeaban la puerta de la cabina el conductor, dispuestos a destruirlo a él también, los gritos de las mujeres retumbaban como las pesadillas de uno en la más oscura de las noches, los llantos de otras eran minúsculos, el sufrimiento de las almas en pena que rogan por un poco de paz entre tanta locura…
“¿Qué hago ahora?, todos se están matando, me están matando a mí, ¡Me están matando a mí!”
“Ya es suficiente de tanta gritería Alan Roderick, en cuento oigas el ruido, quiero que despiertes”
Abrió los ojos… la habitación era de papel de pared gris, llena de humedad y manchas de polvo, había gran cantidad de cuadros en la habitación y frente a él una mesa con un florero vacío, había sólo una ventana y era enorme, dejaba entrar una luz seca a la habitación, no tenía cortinas así que volvió a cerrar los ojos para adaptarse a la luz que le cayó como un rayo directo a la mirada. Él se encontraba recostado sobre un sofá y frente a él había un rostro conocido… facciones de un anciano… una corta barba negra pero llena de canas, dos lentes cuadrados y ojos pequeños, negros y muy atentos.
-¿Doctor?, ¿Qué ha pasado? –Preguntó Alan incorporándose lentamente.
-Lo has hecho de nuevo Roderick, la misma visión desde que viniste a pedirme apoyo, sangre… desesperación, miedo y locura –Añadió el médico con severidad.
-Pero, ¿Por qué? –Se lamentó el castaño.
-Está claro muchacho, te enfrentas a una batalla interna que no te deja vivir, cada uno de esos pasajeros es tú y te estrás destrozando a ti mismo por dentro -.
-¿Y cómo es que lo hago doctor? -.
-Algo anda mal en ti muchacho, no te sientes bien, vives con un miedo constante hacia ti mismo, una desconfianza hacia tu persona que se ha convertido en odio, tu tren de las ideas se ha desviado muchacho y serpa muy difícil que lo vuelvas a ubicar –Concluyó el doctor con aire de derrota.
-Pero no puedo hacerlo sólo, ¡Necesito su ayuda doctor!, este remordimiento me mata
–Chilló Alan al borde de las lágrimas.
-Vale chaval, pero debes esforzarte, haz un cambio en tu visión, ¡No dejes que la calma se vaya!, ¡Contrólate!, y si no hay un cambio esta vez, tendré que asignarte a un método diferente -.
-Vale doctor-.
Alan volvió a recostarse sobre el sofá, cerró los ojos y escuchó la voz el doctor…
“Adelante muchacho, estás flotando, no hay nada que te aleje de la paz, tu interior
está limpio, no has hecho nada malo y nunca lo harás, pero dime, ¿Qué es lo que ves
Alan?”
“Veo una estación de trenes”
La gente se golpeaba y se empujaba contra los asientos, estaban desesperados, a sus ojos ya todos eran asesinos, el miedo y la paranoia los atacó, hasta destruirlos, y ahora ellos destruían todo, algunos golpeaban la puerta de la cabina el conductor, dispuestos a destruirlo a él también, los gritos de las mujeres retumbaban como las pesadillas de uno en la más oscura de las noches, los llantos de otras eran minúsculos, el sufrimiento de las almas en pena que rogan por un poco de paz entre tanta locura…
“¿Qué hago ahora?, todos se están matando, me están matando a mí, ¡Me están matando a mí!”
“Ya es suficiente de tanta gritería Alan Roderick, en cuento oigas el ruido, quiero que despiertes”
Abrió los ojos… la habitación era de papel de pared gris, llena de humedad y manchas de polvo, había gran cantidad de cuadros en la habitación y frente a él una mesa con un florero vacío, había sólo una ventana y era enorme, dejaba entrar una luz seca a la habitación, no tenía cortinas así que volvió a cerrar los ojos para adaptarse a la luz que le cayó como un rayo directo a la mirada. Él se encontraba recostado sobre un sofá y frente a él había un rostro conocido… facciones de un anciano… una corta barba negra pero llena de canas, dos lentes cuadrados y ojos pequeños, negros y muy atentos.
-¿Doctor?, ¿Qué ha pasado? –Preguntó Alan incorporándose lentamente.
-Lo has hecho de nuevo Roderick, la misma visión desde que viniste a pedirme apoyo, sangre… desesperación, miedo y locura –Añadió el médico con severidad.
-Pero, ¿Por qué? –Se lamentó el castaño.
-Está claro muchacho, te enfrentas a una batalla interna que no te deja vivir, cada uno de esos pasajeros es tú y te estrás destrozando a ti mismo por dentro -.
-¿Y cómo es que lo hago doctor? -.
-Algo anda mal en ti muchacho, no te sientes bien, vives con un miedo constante hacia ti mismo, una desconfianza hacia tu persona que se ha convertido en odio, tu tren de las ideas se ha desviado muchacho y serpa muy difícil que lo vuelvas a ubicar –Concluyó el doctor con aire de derrota.
-Pero no puedo hacerlo sólo, ¡Necesito su ayuda doctor!, este remordimiento me mata
–Chilló Alan al borde de las lágrimas.
-Vale chaval, pero debes esforzarte, haz un cambio en tu visión, ¡No dejes que la calma se vaya!, ¡Contrólate!, y si no hay un cambio esta vez, tendré que asignarte a un método diferente -.
-Vale doctor-.
Alan volvió a recostarse sobre el sofá, cerró los ojos y escuchó la voz el doctor…
“Adelante muchacho, estás flotando, no hay nada que te aleje de la paz, tu interior
está limpio, no has hecho nada malo y nunca lo harás, pero dime, ¿Qué es lo que ves
Alan?”
“Veo una estación de trenes”
Heather Maddison- Mensajes : 166
Fecha de inscripción : 25/07/2012
Localización : En todas partes, en tus pantalones, en mi casa, en tu sopa, será mejor que vigiles debajo de tu cama... me gusta la obscuridad...
Re: Ustedes chicos, ¿Qué opinan de esto?
ALA!!!!!! cuantas lineas! jeje, para que concurso fue o que?
A mi me parecio muy bueno
acentos, comas, puntos muy bien colocados
No encuentro tanta repeticion de palabras en un parrafo y en ciertos espacios parece que leo un libro
A mi me parecio muy bueno
acentos, comas, puntos muy bien colocados
No encuentro tanta repeticion de palabras en un parrafo y en ciertos espacios parece que leo un libro
Re: Ustedes chicos, ¿Qué opinan de esto?
OMG te parece? ejejeje, de hecho quisiera ser escritora de grande y ahora es donde comienzo, diablos! cuando digo "de grande" me hace sentir como una niña chiquita tengo 13 años, exijo respeto e.é (?)
Bueno era para un concurso, pero a las demás les dijeron felicidades y eso a mí me dejaron pasar como las moscas al jabón e.é ni si quiera anunciaron quién ganó.... soooooo no mucho que hacer (?)
Gracias por tomarte el tiempo de leer, en el word son menos líneas D:
Bueno el word es más grande e_é
De cualquier modo conforme a la redación no sé que decir, una vez me tomé el tiempo de leer un diccionario completo, así que cuando hablo con seres humanos les resulta muy poco común mi manera de hablar (?)
Bueno era para un concurso, pero a las demás les dijeron felicidades y eso a mí me dejaron pasar como las moscas al jabón e.é ni si quiera anunciaron quién ganó.... soooooo no mucho que hacer (?)
Gracias por tomarte el tiempo de leer, en el word son menos líneas D:
Bueno el word es más grande e_é
De cualquier modo conforme a la redación no sé que decir, una vez me tomé el tiempo de leer un diccionario completo, así que cuando hablo con seres humanos les resulta muy poco común mi manera de hablar (?)
Heather Maddison- Mensajes : 166
Fecha de inscripción : 25/07/2012
Localización : En todas partes, en tus pantalones, en mi casa, en tu sopa, será mejor que vigiles debajo de tu cama... me gusta la obscuridad...
Re: Ustedes chicos, ¿Qué opinan de esto?
awww esta bien, lo malo es que la mayoria a tu alrededor y los mas cercanos te diran que de eso no vas a vivir, el arte te mata de hambre pero en fin...al menos como un hobbie...?
que mal plan! osea que ni te pelaron....shit!
jajaja hablas con seres humanos, con mortales...seguro que los animales entienden mejor XD
que mal plan! osea que ni te pelaron....shit!
jajaja hablas con seres humanos, con mortales...seguro que los animales entienden mejor XD
Re: Ustedes chicos, ¿Qué opinan de esto?
Ni me dijeron que estaba mal, ni nada, así como así me ignoraron, eso dolió ;-;
Y conforme a lo de que el arte no sirve de nada, creo que es un trabajo mejor que pasar todos los días encerrado en una oficina, la gente a la que de verdad le gusta y se esfuerza por ello, puede terminar siendo muy conocida, mira a J.K. Rowling, a Davinci (o como se escriba), y mucha gente más que ha logrado llegar muy lejos con el arte, porque no es sólo un hobbie, hay que llegar mucho más lejos, hay que aprender a usar nuestras emociones y no a comportarnos como unos robots que hacen cosas que ni si quiera les gustan e.é a mí no me importa lo que me digan, yo me esforzaré para llegar lejos haciendo LO QUE ME GUSTA y no lo que me veo obligada a hacer, y punto.
Y conforme a lo de que el arte no sirve de nada, creo que es un trabajo mejor que pasar todos los días encerrado en una oficina, la gente a la que de verdad le gusta y se esfuerza por ello, puede terminar siendo muy conocida, mira a J.K. Rowling, a Davinci (o como se escriba), y mucha gente más que ha logrado llegar muy lejos con el arte, porque no es sólo un hobbie, hay que llegar mucho más lejos, hay que aprender a usar nuestras emociones y no a comportarnos como unos robots que hacen cosas que ni si quiera les gustan e.é a mí no me importa lo que me digan, yo me esforzaré para llegar lejos haciendo LO QUE ME GUSTA y no lo que me veo obligada a hacer, y punto.
Heather Maddison- Mensajes : 166
Fecha de inscripción : 25/07/2012
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Re: Ustedes chicos, ¿Qué opinan de esto?
Me gusta, está muy bueno ¿no vas a seguirlo? No te importe que digan los de más.. yo tengo mucho más años...no dire.
Loki Laufeyson- Mensajes : 129
Fecha de inscripción : 12/08/2012
Re: Ustedes chicos, ¿Qué opinan de esto?
Pues sí pensé en seguirlo pero no lo sé, estoy experimentando mucho e.é para ver que género es mi favorito, admito que soy una loca con una mente devastadora llena de ríos de sangre y cadáveres colgados del techo esperando a ser encontrados por algún niño curioso que después será asesinado por el fantasma de la casa (?)
Pero también me gusta abarcar temas de la vida real que no se dan muy seguido y que son muy delicados, que se deben resolver, poco a poco, eso me encanta pero no me completa si no lleva algo así, esto que escribí es una combinación de ambos, quizá si se den cuenta, y pues bueno, como ahora soy "pequeña" y no hay nadie que me tome en serio, sólo me queda entrenar y entrenar y a ver que sale...
Pero también me gusta abarcar temas de la vida real que no se dan muy seguido y que son muy delicados, que se deben resolver, poco a poco, eso me encanta pero no me completa si no lleva algo así, esto que escribí es una combinación de ambos, quizá si se den cuenta, y pues bueno, como ahora soy "pequeña" y no hay nadie que me tome en serio, sólo me queda entrenar y entrenar y a ver que sale...
Heather Maddison- Mensajes : 166
Fecha de inscripción : 25/07/2012
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Re: Ustedes chicos, ¿Qué opinan de esto?
uuu yo estoy escribiendo un libro pero con el cole sera un perfecto caos, tareas, viajes, escursiones, salir casi a diario para hacer practicas, .....si en vacaciones me costo XD, imaginate con escuela , pufffff!
Pero si, a mi me gusta el arte, pintura y actuacion, pero si no tiene el lujo de darte eso mejor escoger algo que te asegure conseguir un trabajo, no estoy de acuerdo con eso totalmente pero algo de razon hay alli
Pero si, a mi me gusta el arte, pintura y actuacion, pero si no tiene el lujo de darte eso mejor escoger algo que te asegure conseguir un trabajo, no estoy de acuerdo con eso totalmente pero algo de razon hay alli
Re: Ustedes chicos, ¿Qué opinan de esto?
Sí, es cierto, pero la escritura no es lo único a lo que me quiero dedicar, también quiero estudiar el diseño gráfico y obvio para eso necesito ver la informática.
Ya sabes, todo es a base de estudios y esfuerzo, además yo también dibujo *-* si quieres hasta te paso mis dibujos (bizarros y horribles) he fotografiado poquitos pero te los puedo mostrar.
Ya sabes, todo es a base de estudios y esfuerzo, además yo también dibujo *-* si quieres hasta te paso mis dibujos (bizarros y horribles) he fotografiado poquitos pero te los puedo mostrar.
Heather Maddison- Mensajes : 166
Fecha de inscripción : 25/07/2012
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Re: Ustedes chicos, ¿Qué opinan de esto?
jajjaa pues claro, pon alli tu galeria...y muestrale al mundo de lo que eres capaz, si quieres postearlos adelante!!!!!!
go!!!
dios...necesito aprender ingles, ya!
go!!!
dios...necesito aprender ingles, ya!
Re: Ustedes chicos, ¿Qué opinan de esto?
Sí?, yo también, bueno, ya sé ingles, de hecho ya sé bastante pero no es suficiente, de hecho me acerco al estándar, y cuando veo o leo cosas en inglés, las entiendo perfectamente, pero hay cosas que simplement e no comprendo E.É
Heather Maddison- Mensajes : 166
Fecha de inscripción : 25/07/2012
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Re: Ustedes chicos, ¿Qué opinan de esto?
Oh yes, I need my 8-9 hours of sleep every night, I know that.
Loki Laufeyson- Mensajes : 129
Fecha de inscripción : 12/08/2012
Re: Ustedes chicos, ¿Qué opinan de esto?
xDD eso lo entendí e.é
¿Y que hora es donde vives?
Aquí son apenas las 8:00
¿Y que hora es donde vives?
Aquí son apenas las 8:00
Heather Maddison- Mensajes : 166
Fecha de inscripción : 25/07/2012
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Re: Ustedes chicos, ¿Qué opinan de esto?
3: 01, hora de retirase a mis aposentos antes de caer en el sueño profundo Asgardiano xd
Loki Laufeyson- Mensajes : 129
Fecha de inscripción : 12/08/2012
Re: Ustedes chicos, ¿Qué opinan de esto?
xDD okey, la diferencia de horas es increíble xDDD
Pero bueno, dulces sueños, sueña con la destrucción total de la Tierra y con el poder sobre Asgard :3
(que lamentablemente nunca se hará realidad)
Pero bueno, dulces sueños, sueña con la destrucción total de la Tierra y con el poder sobre Asgard :3
Heather Maddison- Mensajes : 166
Fecha de inscripción : 25/07/2012
Localización : En todas partes, en tus pantalones, en mi casa, en tu sopa, será mejor que vigiles debajo de tu cama... me gusta la obscuridad...
Re: Ustedes chicos, ¿Qué opinan de esto?
heheeh si, ayer veia TVD en ingles tratando de comprender algo y llega mi papa y me dice "le entiendes a eso?" y yo: "pues algo, ademas tengo que tratar"
Asgardiano, uuu, lejos...shit!
XD
Asgardiano, uuu, lejos...shit!
XD
Re: Ustedes chicos, ¿Qué opinan de esto?
xDD, te comprendo.
Yo ayer estaba viendo una canción que no se en que idioma estará y pensé "Debe ser una lengua extinta de Asgard"
Yo ayer estaba viendo una canción que no se en que idioma estará y pensé "Debe ser una lengua extinta de Asgard"
Heather Maddison- Mensajes : 166
Fecha de inscripción : 25/07/2012
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Re: Ustedes chicos, ¿Qué opinan de esto?
jjajja porque demonios tengo que pensar en algo relacionado con Loki, estoy mal!
Re: Ustedes chicos, ¿Qué opinan de esto?
xDDD Loki es la onda! (?)
Heather Maddison- Mensajes : 166
Fecha de inscripción : 25/07/2012
Localización : En todas partes, en tus pantalones, en mi casa, en tu sopa, será mejor que vigiles debajo de tu cama... me gusta la obscuridad...
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